«Comedor selectivo», un trastorno alimenticio poco conocido

Cuando se habla de trastornos alimenticios la gente suele conocer tan solo lo que es la punta del iceberg. Lo cierto es que además de padecimientos muy conocidos como la bulimia y la anorexia, existen varias enfermedades relacionadas con la alimentación que podrían sorprenderte y que ni siquiera te imaginabas. Una de ellas es la del comedor selectivo, de la cual vamos a hablarte en esta ocasión.

comedor

¿Qué es el síndrome del comedor selectivo?

Tal y como su nombre nos lo indica, se trata de una enfermedad en la cual quien la padece, limita su dieta al consumir muy pocos alimentos especialmente seleccionados. Esto por supuesto genera a la larga problemas como la desnutrición y la pérdida abrupta de peso, además de deficiencias que le hacen mucho mal a organismo.

Un comedor selectivo puede reducir hasta en torno de tan solo 10 alimentos, que varían de una persona a otra. Mientras que hay comedores que pueden limitarse a ingerir solo ciertas verduras o frutas, también los hay que no pueden salir de consumir ciertas cosas como las patatas fritas, por mencionar algún ejemplo. Con el paso del tiempo, esta enfermedad se vuelve muy parecida y de hecho puede derivar a padecimientos como la anorexia y la bulimia.

¿Cómo se puede distinguir a un comedor selectivo?

Prestando atención a señales como las siguientes:

  • Aislamiento social. Las costumbres restrictivas de los comedores selectivos los llevan a comer a escondidas y a evitar las reuniones.
  • Excusas para no comer. O también para evitar ciertos tipos de alimentos.
  • Selección de pocos alimentos. Un comedor selectivo siempre elige las mismas cosas y se niega a probar nuevas opciones.
  • Muchas veces el síndrome también viene acompañado de otros comportamientos obsesivos, como la limpieza exagerada.
  • No es extraño que personas bulímicas o anoréxicas lleguen a presentar este problema a la hora de comer.

1 comentario en ««Comedor selectivo», un trastorno alimenticio poco conocido»

  1. Este trastorno constituye una comorbilidad sumamente frecuente en los trastornos del espectro autista (TEA). Muchos padres en su ignorancia creen que la causa de ello es «porque los miman y los consienten y por eso se vuelven malacostumbrados», cosa que es un gravísimo error muy lejos de la verdad.

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