Muchas personas han experimentado esa sensación en la que, aparentemente, la comida dará un poco de consuelo en los momentos en los que el estrés es demasiado, cuando se presentan sentimientos de soledad, tristeza o simple aburrimiento.
Esto es más común de lo que parece y puede volverse en un desorden alimenticio si se sale de control. Una de estas enfermedades es la bulimia, que simplemente consiste en comer demasiado, mucho más de lo que el cuerpo necesita, como si se tuviese una compulsión para hacerlo. Luego la persona se obliga a si misma a vomitar, pasar varios días sin comer, usar laxantes o hacer demasiados ejercicios como manera de contrarrestar todas las calorías que ha consumido en el momento compulsivo.
¿Cómo se que tengo bulimia?
Aunque la mejor forma de producir un diagnostico es visitando un especialista, puedes comenzar haciendo este pequeño test. Si respondes “sí” a la mayoría de las preguntas, puede haber una posibilidad de que tengas bulimia o algún otro desorden alimenticio.
- ¿Sientes una obsesión con respecto a tu peso y tu cuerpo?
- ¿La comida y las dietas dominan tu vida? Es decir, ¿pasas todo el día pensando en comida, las calorías que estás comiendo y/o seguir dietas?
- ¿Tienes miedo de que una vez que empieces a comer no puedas detenerte?
- ¿Has comido alguna vez o varias veces hasta sentirte mal físicamente?
- ¿Sientes vergüenza, culpa o depresión después de comer?
- ¿Vomitas o tomas laxantes para tratar de controlar tu peso?
Si has respondido que sí a tres o más preguntas, es ideal que vayas a visitar a un nutricionista, psicólogo o algún lugar donde se especialicen en desordenes alimenticios.
¿Qué síntomas presenta la bulimia?
Si las preguntas anteriores no son suficiente para convencerte, puede que los síntomas listado a continuación te ayuden a saber si tienes o no bulimia. Nuevamente, recuerda que no puedes auto-diagnosticarte, pero sí puedes tomar estos signos como una forma de entenderte mejor.
- Falta de control para deternerse al comer; usualmente sólo sucede cuando sientes dolor físico.
- Secretismo acerca de la alimentación, comer una vez que no tienes a nadie alrededor, esconder comida de otros.
- Comer grandes cantidades de alimentos.
- Alternar entre comer demasiado y dejar de comer durante días.
- Ir siempre al baño después de comer.
- Usar laxantes, diuréticos o enemas.
- Olor de vomito en el baño y otras zonas. Uso de mentas, goma de mascar y cosas similares para cubrir el olor.
- Ejercicios excesivos, especialmente luego de comer.
- Mejillas hinchadas causadas por vomitar excesivamente.
- Dientes descoloridos.
- Cambios frecuentes en el peso.