Hace tiempo en un artículo, te comentabámos de que se trataba la dieta del chocolate y cuales eran los beneficios que podía aportarle al organismo. Pero ¿realmente es tan efectiva? Parece increíble que algo tan delicioso como lo es este alimento y que frecuentemente es culpable del aumento de peso, pudiera ayudar a conseguir justo el efecto contrario, ¿no es así? Lo cierto es que si sabes como controlar la ingesta de este rico dulce y eliges la variedad correcta, podrías estar alcanzando tu peso ideal antes de lo que te imaginas.
Lo principal aquí es escoger chocolate amargo, que a diferencia del convencional, se encuentra libre de conservadores y azúcares, por lo cual dispone de menos posibilidades de crear adicción como suele suceder con quienes consumen demasiada comida chatarra y con azúcar. Lo ideal es encontrar una variedad con al menos 70% por cierto de cacao puro y consumir una porción muy pequeña, antes y después de cada una de tus comidas principales; incluso durante el desayuno.
El chocolate amargo tiene efectos muy positivos en el organismo, gracias a los antioxidantes que contiene. También puede actuar como supresor del apetito, puesto que al ingerirlo de la manera que te acabamos de mencionar tu cerebro recibe señales que le hacen sentir placer e incluso saciedad, al estar recibiendo algo que le gusta.
Otra ventaja que tiene comer chocolates amargos, es que los niveles de azúcar en la sangre se mantienen estables y los antojos por comer algo dulce se vuelven menos frecuentes. También se considera a este alimento como un quemador de grasas natural, puesto que es capaz de acelerar el metabolismo para que trabaje incluso cuando te hallas en reposo. Esta es la razón más notoria por la cual esta dieta te puede permitir adelgazar y disfrutar al mismo tiempo.