Algo que no nos cansaremos de repetir cuando se trata de perder peso, es que lo más recomendable siempre, es comer alimentos lo más frescos posible y sin ningún atisbo de conservadores. De esto no debe quedarte ninguna duda, facilitan más el proceso de adelgazar.
No obstante, sabemos que no siempre se tiene todo el tiempo del mundo y en ocasiones, quizá sea necesario echar mano de las conservas para no tener que cocinar si se lleva mucha prisa.
A pesar de todo, tenemos que señalar que las conservas no son del todo malas, siempre y cuando no pasen a formar parte de tu dieta diaria.
De hecho, algunas ventajas que tiene el uso de conservas son las siguientes:
- Facilitan el racionamiento de la comida por períodos más largos de tiempo, evitando que se descomponga antes de su ingesta.
- Resultan una solución ideal para emergencias o situaciones en las que no puedas permitirte llevar comida lo suficientemente fresca, como las excursiones por ejemplo.
Sin embargo también debes ser consciente de sus desventajas, pues solo así comprenderás la importancia de no acostumbrarte a comer todos los días conservas de cualquier comida.
- El uso de grasas y azúcares, que aumentan las calorías que colocas en tu organismo. A la larga, esto deriva en el aumento de los depósitos de grasa.
- Muchas conservas suelen poseer más sodio del que es recomendable en los alimentos, Esto puede ocasionar la retención de líquidos, algo que provoca que el cuerpo se vea más hinchado de lo que en realidad está, a pesar de haber perdido peso.
- La pérdida de bastantes nutrientes. Muchas vitaminas y minerales se pierden en el proceso de la elaboración de conservas, por lo que tu cuerpo en realidad, no esta recibiendo los elementos que necesita y puedes sentir más hambre después.
Así que ahora lo sabes. Si comes conservas, que sea solo de vez en cuando.