Aceptemóslo; después de dar a luz, lo único que quieren todas las recién estrenadas madres es volver a lucir la figura que tenían antes del embarazo. Si bien, esto es muy factible con algo de ejercicio y los alimentos adecuados, en ocasiones se necesita un poco de ayuda extra para tonificar y definir la silueta. Uno de los métodos más recurridos últimamente, es el Mommy Makeover, que consiste en someterse a algunos arreglos estéticos con el fin de recuperar el aspecto corporal que se tenía antes de la gestación, en la medida de lo posible.
Un Mommy Makeover puede adaptarse a los requerimientos de cada paciente, según lo que necesite arreglar. Abarca más que nada, dos tipos de procedimientos quirúrgicos:
- Las operaciones estéticas. Se enfocan en estilizar áreas como el abdomen, la cintura y los senos, que son las más afectadas tras subir de peso en el embarazo. Una abdominoplastia, o un aumento o reducción de busto, son muy usuales dentro de esta clase de cirugías.
- Las operaciones funcionales. Corrigen inconvenientes que surgen en el organismo, tales como la aparición de hemorroides y várices, e incluso la incontinencia al orinar. Las técnicas que aquí pueden intervenir van desde el láser hasta una operación que trabaje sobre la zona de la pelvis.
Esta claro que antes de decantarse por esta opción, es necesario que las mujeres hagan lo posible por mantener una alimentación balanceada e incorporarse a sus actividades físicas poco a poco. Una adecuada revisión médica terminara de confirmar, si en verdad están en condiciones de pasar por un Mommy Makeover; a la vez que se les brindan los consejos necesarios para ello.
Y es que esta alternativa puede ser muy recomendable sobretodo, si se notan problemas que tengan que ver con la salud; como las mencionadas hemorroides y el hecho de tener que ir al baño frecuentemente.
