Una de las creencias que predominan cuando se habla engordar, es que somos más propensos a hacerlo cuando dormimos después de comer. Pero ¿qué tan cierta es esta afirmación? ¿Será necesario renunciar a dormir un poquito tras una buena comida? En realidad la respuesta varía dependiendo de los hábitos alimenticios que se puedan tener y la manera en la que se duerme tras haberse alimentado. ¿Cómo? Es la explicación que te vamos a dar en el artículo de hoy.
Coincidimos en que hay bastantes veces en que simplemente, es inevitable echarse a dormir cuando se ha terminado de comer, (además de que es muy placentero). No obstante, tienes que saber que si has consumido una comida abundante en hidratos de carbono, es muy probable no que engordes precisamente; sino que tu metabolismo no pueda quemar las calorías al entrar en estado de reposo.
Una vez más, entra en juego la recomendación de preferir una mayor cantidad de proteínas, y dejar las grasas y los carbohidratos como la porción menos abundante de tus comidas. Y de preferencia consumirlas por la mañana, ya que a primera hora es cuando más les necesitas para tener energía que quemar a lo largo del día.
Además de ello, es importante diferenciar una siesta de irse a dormir. La primera no debe extenderse más de 20 minutos y es ideal para descansar y liberar el estrés. Por el contrario si te quedas profundamente dormido, tu cuerpo se ralentiza provocando que los depósitos de grasa empiecen a acumularse, pues ocurre igual que cuando nos vamos a acostar por las noches. Todos los procesos como el de la digestión, van más despacio y esto obviamente te hará ganar algo de peso.
De modo que ahora sabes cual es la forma correcta de tomar una siesta luego de comer. Ponla en práctica y verás que además de sentirte más relajado, no te costará mantenerte delgado.